sábado, 10 de noviembre de 2018

Cómo enfrentarse a una resonancia magnética

Es muy habitual que ante los síntomas de la hiperacusia los médicos nos manden hacernos una resonancia magnética nuclear (RMN) para tratar de detectar alguna causa que pueda explicar esa sintomatología. El ruido que produce una resonancia magnética es muy intenso, pudiendo alcanzar hasta 130 dB, además de que la duración de la prueba puede llegar a hora y media, lo que puede causar daños irreversibles en el oído interno sin la protección auditiva adecuada.

Por lo tanto, el centro sanitario debería proporcionar cascos de protección auditiva aptos para resonancias magnéticas (cascos sin componentes metálicos) o cualquier otra forma de protección que garantice la seguridad de nuestros oídos. Sin embargo, me he encontrado con demasiados casos en los que no se ofrece al paciente la protección auditiva apropiada, o directamente no se ofrece ninguna. Yo mismo he tenido esta experiencia al hacerme una resonancia magnética, en la que para enfrentarme a ese excesivo ruido solo me facilitaron simple algodón colocado en las orejas.


Equipo de RMN*

He conocido algún caso de hiperacusia que ha sido causada por el trauma acústico provocado por el ruido de una resonancia magnética realizada sin protección auditiva, por lo que hay que tomarse muy en serio esta recomendación. Si tienes que someterte a una resonancia magnética te recomiendo que, ante la posibilidad de que no te proporcionen protección auditiva, lleves tus propios tapones de silicona moldeable o de espuma, y asegúrate de que sabes colocártelos correctamente de forma que ofrezcan toda la protección auditiva de la que son capaces.

Con la protección auditiva apropiada evitaremos daños irreversibles en el oído interno pero una vez que se tiene hiperacusia el ruido excesivo, aún con protección, podría suponer un empeoramiento de la hiperacusia. Esto va a depender en gran medida de la severidad de la hiperacusia, del tiempo de exposición y de la intensidad del ruido que genera la máquina. En este sentido, a modo orientativo, puedo comentar cómo fue mi experiencia con una resonancia magnética cuando tenía hiperacusia severa. La prueba duró unos 30 minutos y no me supuso ninguna recaída. Con tal de asegurarme de que la resonancia no iba a causarme ningún problema llevaba puestos tapones de silicona moldeable y, además, cascos de protección auditiva rellenos con algodón para ofrecer una mayor protección y eliminar reverberaciones que pudieran hacerme empeorar.

Por otra parte, es muy probable que un médico que de verdad conozca la hiperacusia no pida hacernos una resonancia para averiguar su causa si ésta claramente ha aparecido por trauma acústico, porque sabrá que en esos casos las resonancias no aportan nada, y solo suponen un coste y un riesgo innecesarios.



* De Jan Ainali, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:MRI-Philips.JPG

No hay comentarios:

Publicar un comentario